CARCAIXENT Y LA NARANJA

CARCAIXENT Y LOS HUERTOS DE NARANJOS

Fue tal el impacto económico y social que provocó el cultivo de la naranja al municipio de Carcaixent desde finales del siglo XVIII –en concreto desde 1781- , que en el censo de 1900 la comarca de la Ribera Alta llegó a alcanzar 105.847 personas. Todavía se comenta en Carcaixent que a inicios del siglo pasado una arroba de naranjas (unos 12 kg) se pagaba en el campo a 150 pesetas. De ser cierto esto explicaría muchas cosas de aquella época y el porqué del retraso en la industrialización de la ciudad de Carcaixent. Paradójicamente dicho retraso ha hecho posible que el municipio conserve actualmente una excelente arquitectura tradicional repartida por el casco urbano y por los antiguos huertos de naranjos.

Los huertos que se han conservado hasta hoy en día, además de la delicadeza de sus entornos ajardinados, mantienen una gran presencia arquitectónica. Los comerciantes de la naranja invertían en la construcción de las casas: madera de mobila, amplias habitaciones de baño, muebles de época, sobresalientes pinturas murales…

El huertos de naranjos era sobre todo un lugar de actividad económica, de esforzado trabajo a lo largo del año siempre a merced de la climatología. Pero también era lugar idóneo de encuentro y de celebración festiva, en especial con la cosecha y la venta de las naranjas. Era el gran momento de la satisfacción por el trabajo bien hecho y por los resultados económicos. El Hort de Villa Antonieta es uno de los casos más recordados al respecto en la población.

Para conocer más detalles del pasado de Carcaixent podéis leer: ‘Carcaixent, biografía de un pueblo de la Ribera Alta’ de Eduard Soler y Estruch, editada por el propio ayuntamiento. Y en referencia a la cultura de la naranja en la comarca de la Ribera destacar la novela de Francesc Viadel ‘Tierra’ (ed. Bromera), una obra imprescindible.